martes, 7 de junio de 2011

Proyecto Olmos, Ingeniería y desarrollo agrícola para grandes y pequeños

Autora: Esther Prinz Díaz

La inversión en el proyecto de irrigación e hidroenergético de Olmos es ejecutada de manera conjunta por el Estado peruano y la inversión privada; sin embargo para el bienestar de la Región Lambayeque es necesario primero que la obra sea concluida y no obstruir el progreso.
Hay aspectos que ensombrecen el panorama empresarial agrícola y producen zozobra en nuestros conciudadanos de dicha región que tienen sus esperanzas puestas en las tierras de Olmos, el principal problema es que el Estado ha puesto en subasta dichas tierras en lotes que van desde las 260 hectáreas hasta 1000 hectáreas, no dejando opción al pequeño agricultor, para los que en un principio se tenía dirigido el proyecto Olmos.
Ahora analizando otros aspectos importantes como:
1.- La tecnología, en esta época se renueva en un abrir y cerrar de ojos , se requiere de una agricultura tecnificada, especializada, lo cual representa estar provistos de maquinarias de última generación, ingenieros y técnicos agricultores. Los tiempos cambian y la manera de producir también, se debe de dejar de pensar en ser sólo obreros o peones, sin desmerecer el trabajo que realizan desde siempre nuestros agricultores, para que los productos agrícolas del Perú sean los mejores del mundo.
Para lograr este propósito y dar a la población de Lambayeque nuevas expectativas de superación, el Estado o las empresas agrícolas desde yá deben capacitar a las personas que están dedicadas al agro de manera artesanal, en todos los menesteres de una agricultura moderna,actual y competitiva con la agricultura mundial de primer orden y no serán más llamados obreros o peones, sinó técnicos o profesionales de la agricultura.
2.- La subasta de tierras, si bien es cierto se está dejando de lado al pequeño agricultor, el Estado debe rectificar esto y dejar opciones de menor envargadura para los verdaderos pequeños agricultores reconocidos con capacidad de conocimiento del agro y no a personas advenedizas. Esto permitirá beneficiarse también del proyecto Olmos a pobladores realmente involucrados en el agro; aunque, talvés no puedan competir en volúmen con los grandes agricultores, su producción puede estar dirigida hacia el mercado nacional, ser proveedores del Estado o sembrar productos de gran demanda en el exterior con una oferta de calidad.
3.-El dueño de las tierras agrícolas, en cualquier caso debe ser siempre el Estado, las tierras no se deben vender, se deben dar en concesión al igual que en la industria del Petróleo. Según las leyes peruanas, las empresas petroleras son dueñas sólo del producto más no de las tierras donde realizan la explotación de los hidrocarburos , es decir son dueñas del petróleo, gas o mezclas de hidrocarburos que puedan producir desde los reservorios que hay en el subsuelo y por esa producción deben pagar un canon a la región que pertenece y un porcentaje al Estado por la producción fiscalizada, durante el tiempo que dure su contrato, debemos tener en cuenta que es la industria de más alto riesgo económico, pero cuando se logra extraer el producto genera altos dividendos lo cual repercute favorablemente en la economía nacional.
En el caso de la agricultura; debe ser igual, los productores o agricultores deben ser dueños de la siembra el tiempo que dure su contrato de concesión de tierras, con el compromiso de mantener la producción, así se evitará volver al pasado del único dueño latifundista y abusivo que tanto temor inspira, en cambio se debe hablar de una Empresa Agrícola con responsabilidades, buena producción y respetuosa de sus trabajadores y del medio ambiente, que cumpla con las normas de calidad - ISO 9001, normas medioambientales - ISO 14000 y normas de seguridad - OSHAS 18001, así como también deberá cumplir con sus aportes debidos al Estado y a la región por la producción que obtengan.
4.-Agricultores de primer nivel y con capacitación contínua, que puedan trabajar con resultados óptimos desde un principio, que se desempeñen con conocimiento en sus propias tierras o en grandes empresas agrícolas con las ganancias o sueldos de acuerdo al mercado laboral productivo.
En estas capacitaciones debería tomar parte el Estado en el caso de los pequeños agricultores, los cuales deberían aportar por su capacitación apoyados por un ente gestor y en el caso de las grandes empresas deberían hacerlo por cuenta propia con su personal para el buen manejo de su producción.
5.- Aprender de los errores y también de los éxitos , no se puede dejar de mencionar los errores del pasado para poder mirar hacia un futuro favorecedor, en este caso es un criterio fundado. Acerca del fracaso de la Reforma Agraria, se investigó lo siguiente, llegando a un punto de vista particular:
Antes de la reforma agraria, las tierras pertenecían a los grandes terratenientes y los campesinos que eran los que las trabajaban vivían miserablemente, era el caso de la riqueza mal repartida, luego el gobierno militar expropió las tierras entregándolas a los agricultores bajo la premisa de que; “la tierra es de quién la trabaja”, el fracaso inminente vino a consecuencia de que los campesinos no tenían la capacidad, ni el conocimiento suficiente para gestionar el manejo y uso de las tierras, ni mucho menos para aprovechar los créditos otorgados por el banco agrario, así como tampoco para derivar adecuadamente su producción; y es que, luego de la expropiación habían quedado en el estatus de peones no de gestores empresariales.
Lo que se puede apreciar con el correr de los años, fue que los hijos de la gran mayoría de agricultores no quisieron trabajar la tierra, vinieron a Lima buscando nuevos horizontes o porque sus padres querían que sean profesionales, luego apareció el problema del terrorismo derivando como consecuencia a la gran inmigración a la ciudad y obligando a los pocos campesinos agricultores, a vender sus tierras heredadas de la reforma agraria a precios muy bajos. Estos hechos alejaron por mucho tiempo del mercado internacional a la agricultura peruana y no se debe volver a repetir.
Mirando a futuro, tomemos como ejemplo en el Perú, la importancia del proyecto Chavimochic en el desarrolllo de la región de La Libertad y en el exterior el manejo de la agricultura de los grandes países productores agrícolas que con el empleo de técnicas de riego , uso de fertilizantes , gestión de tierras y gestión empresarial consiguen grandes logros.
6.- Conclusiones
El Estado tiene asesores de negociación preparados para estos casos y puede prever una solución posible, es factible y viable hacer partícipes del proyecto de Olmos a grandes y pequeños inversores, pero desde ahora nuestros pequeños agricultores deben ser debidamente capacitados en gestión y manejo de tierras y participar del conocimiento técnico adecuado, con miras a ser parte del mercado global. No se trata sólo de vender tierras ( dar en concesión por un límite de tiempo sería lo más adecuado) a grandes empresas; se trata también, de las personas y de la economía de un pueblo que quiere formar parte de un gran proyecto como lo és el proyecto de Olmos, obteniendo un terreno según sus posibilidades o asociandose entre ellos para formar un consorcio con una central de gestión para la posible asociación; sin ser grandes inversionistas, pero que con las competencias y habilidades adecuadas obtendrán un crecimiento, que a fin de cuentas haciendo proyecciones en el mediano y largo plazo, incidirá de menor a mayor grado en la mejora de la economía regional y nacional.